Ansiedad en el Adulto Mayor. 5 consejos para tratar esta terrible afección.
La ansiedad es una sensación de impotencia e incapacidad de enfrentarse a eventos amenazantes, caracterizada por el predominio de tensión física. En el Adulto Mayor, la ansiedad es un fenómeno muy frecuente.
Este trastorno se presenta frente a cualquier cosa que la persona o adulto mayor percibe como una amenaza, ya sea físicamente real, psicológicamente molesta o incluso imaginaria.
En el caso de los adultos mayores, también puede ocurrir que se desarrolle algún tipo de ansiedad relacionada con un diagnóstico médico o incluso con la separación, ya sea del hogar donde solía vivir para ahora ser trasladado a casa de algún familiar, hospital o centro de asistencia, o por la separación de algún ser querido.
En la ansiedad el adulto mayor experimenta “malestar excesivo y recurrente cuando se prevé o se vive una separación del hogar o de las figuras de mayor apego”.
Las personas con ansiedad pueden experimentar molestias físicas, como opresión en el tórax, taquicardia y sudoración.
En el caso de los adultos mayores, se sabe que mucha de esta ansiedad puede estar presente debido a situaciones vinculadas a la edad, cambios en la función neurotransmisora, cambios sociales y familiares (pérdida de seres queridos, jubilación, mayor dependencia, soledad, limitación física), eventos estresantes, tomar ciertos medicamentos (sobre todo corticoesteroides o los relacionados con asma, insomnio o EPOC) o incluso el diagnóstico de enfermedades que podrían causar la muerte.
Quien lo padece puede tener síntomas generales como:
Inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular, alteraciones de sueño, entre otras mas específicas.
En este caso la Residencia de Retiro Juan Pablo II te comparte 5 sencillas cosas que puedes hacer cuando tienes a tu cargo un ser querido con ansiedad:
1. Informarse: La ansiedad es un trastorno que puede presentarse a muy distintas edades y un padecimiento del que cada vez se habla más. Por ello, el primer paso es investigar en qué consiste y cuáles son sus síntomas. Para informarse, nada mejor que fuentes de información respetadas y avaladas por especialistas. Diversas clínicas, libros y portales de asociaciones médicas pueden ofrecer más datos al respecto.
2. Apoyar: El adulto mayor merece todo el apoyo y cariño de sus seres queridos. Y aquí, como en muchos otros momentos, los cuidadores juegan un papel muy importante. Será de mucha ayuda compartir el diagnóstico hacia el resto de la familia y los amigos del paciente, para hacerles saber qué es la ansiedad y en qué consiste. Ellos pueden ser de gran utilidad para el apoyo que el adulto mayor requiere.
3. Canalizar: Nadie como los expertos para ayudarnos a acompañar a un adulto mayor en sus procesos. En la Residencia de Retiro Juan Pablo II, especializada en trastornos neurodegenerativos y pacientes de larga estancia, contamos con un neurólogo conductual que atiende población interna y externa con enfoque multidisciplinar, desde un enfoque médico geriátrico, cognitivo-conductual, terapia psicodinámica, enfoque neuropsiquiátrico medicamentoso, y un enfoque tanatológico para poder resolver problemas como el duelo, no solo por la muerte de un ser querido, sino a las pérdidas en general: del trabajo, la salud, la estabilidad económica, las relaciones, etcétera.
4. Contener: Ahora más que nunca, los adultos mayores necesitan de sus redes de apoyo. Acercarse, escucharlos y validar sus emociones siempre será lo recomendable. En ocasiones, a muchas personas con ansiedad les sirve mucho ser escuchados por sus seres queridos. El cuidador puede hacer una lista de los contactos más cercanos de su paciente y tenerlos a la mano para cuando sea necesario. Rodearse de seres queridos y reír con ellos también puede ayudar mucho. Es decir, sus redes de apoyo incluso pueden ayudar a desviar el foco de atención.
5. Despresurizar: Algunas de las siguientes actividades pueden ser de gran utilidad para un adulto mayor con ansiedad:
Ejercicio físico, ejercicios mentales, relajación, respiración progresiva, masajes, estiramientos, meditación; Arte en general: escribir, dibujar, pintar, escuchar música.
Como puede verse, existen muy diversas maneras para acompañar a un adulto mayor ante una situación como lo es la ansiedad. Y en la medida en que este trastorno se siga estudiando, sin duda existirán más y mejores alternativas de intervención, por otro lado, si tu ser querido esta pasando por una situación con ansiedad y presenta síndrome de inmovilidad o algún grado importante de dependencia, pueden acudir a la Residencia de Retiro Juan Pablo II para recibir asesoría o hacer uso de sus servicios para la mejora en la calidad de vida de su paciente.