¿Sabes cómo debe alimentarse un Adulto Mayor? 7 sencillos consejos para tener una dieta adecuada.
La correcta alimentación de los adultos mayores es una parte esencial de una vida sana y una vejez exitosa. El impacto de la malnutrición en este grupo de población supone, tanto si se trata de personas sanas o con patologías establecidas, un mayor riesgo de contraer enfermedades e incluso de mortalidad, la aparición de deterioro cognitivo, anemias, dificultad para controlar muchas enfermedades y una aceleración de las enfermedades degenerativas, que en sí mismas producen malnutrición.
Aunado a esto, hay que tener en cuenta que el proceso de envejecimiento afecta a la función digestiva, de tal modo que se reduce la absorción intestinal de los nutrientes, pudiendo ocasionar en los Adultos mayores cuadros de desnutrición, aun cuando éstas requieran una menor cantidad de energía y, como consecuencia, necesiten comer menos.
No obstante, los cambios que se producen en el organismo con la edad exigen aumentar la ingesta de determinados nutrientes para mantener una alimentación equilibrada que cumpla con sus necesidades nutricionales, impuestas por las consecuencias del deterioro asociado al envejecimiento. De hecho, en los Adultos mayores la alimentación cumple una función preventiva sumamente importante.
En la Residencia de Retiro Juan Pablo II contamos con menú elaborado por médico Neurólogo y licenciados en nutrición para cubrir lo que una dieta que la tercera edad requiere, es decir, sus elementos preventivos y los nutritivos básicos y de rescate.
Es por esto, que te compartimos algunos consejos sencillos para comenzar una buena dieta si tienes a tu cuidado a algún adulto mayor:
1.- La dieta debe ser variada para asegurar que contenga todos los nutrientes necesarios.
2.- Reducir el consumo de grasas saturadas (carne roja y embutidos) y aumentar las grasas con ácidos esenciales omega-3 y omega-6, contenidos en ciertos pescados (salmón, atún, sardinas, etc.)
3.- Incrementar el consumo de grasas vegetales, preferiblemente mediante el consumo de aceite de oliva. Hay muchos alimentos envasados en cuya composición se mencionan los aceites vegetales, pero sin especificar su procedencia, ya que puede tratarse de aceites de coco, palma o palmiste, que tienen un alto contenido en grasas saturadas.
4.- La leche y los derivados lácteos hay que tomarlos bajos en grasa y deslactosados.
5.- Aumentar el consumo de frutas, legumbres, verduras y cereales, dado su elevado contenido en nutrientes importantes (vitaminas y minerales) y fibra, esencial para mantener la motilidad intestinal y evitar el estreñimiento.
6.- Aumentar el consumo de calcio (frijol, lenteja, algunas nueces y semillas, queso y vegetales de hojas verdes) y vitamina D. Esta última es esencial para la correcta absorción del calcio y basta exponer la piel al sol unos 20 minutos diarios, recomendado mientras se realiza un paseo para obtener la cantidad de sol necesaria.
6.- Limitar el consumo de sal y azúcar refinada.
7.- Adecuada Hidratación: Tomar mucha agua a lo largo del día, preferiblemente fuera de las comidas y en pequeñas cantidades. Además de prevenir el estreñimiento, de esta manera se asegura una correcta hidratación del organismo previniendo así complicaciones en enfermedades o lesiones.