Trastornos de la Conducta Alimentaria en Adultos Mayores
Como cada 30 de noviembre se celebra en el mundo el Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Habitualmente los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se desarrollan en la adolescencia, por lo que ha sido poco descrito el desarrollo de TCA en adultos mayores. No obstante, una serie de cambios fisiológicos, psicológicos y socioeconómicos que acontecen en edad avanzada favorecen la malnutrición, aumentando así el riesgo de desarrollar un TCA. En general, la presencia de depresión constituye un factor importante para el inicio de un TCA en adultos mayores, cuando, además, va acompañado de vómitos inexplicados debe considerarse como la posible existencia de bulimia nerviosa (BN).
Se distinguen distintos factores para el diagnóstico de anorexia nerviosa en adultos mayores. Por un lado, podría ser un caso típico de anorexia en adolescentes que remitió y ha reaparecido como consecuencia de un estresor. Por otro lado, puede desarrollarse un cuadro de anorexia en un adulto mayor que presenta un patrón de conducta alimentaria alterado durante toda su vida o una alteración alimentaria crónica, lo cual, unido a un factor desencadenante precipita la aparición de un cuadro completo de TCA. No obstante, el perfil más atípico es el desarrollo de Anorexia nerviosa.
Con todo, en adultos mayores se producen una serie de cambios fisiológicos, psicológicos y socioeconómicos que favorecen la presencia de malnutrición y, con ello, la aparición de algún TCA.
Entre los factores fisiológicos se encuentran cambios en la composición corporal, entre los que se encuentran sarcopenia, aumento de la masa grasa corporal y disminución de la masa ósea y el agua corporal total. Como consecuencia, aumenta el riesgo de padecer diabetes mellitus, osteoporosis y se produce una alteración del centro de la sed, lo que induce una baja ingesta de agua y una menor apetencia por alimentos con elevado contenido en agua.
Además, el gasto metabólico basal en adultos mayores corresponde al 60-75% del gasto energético total y las necesidades en reposo disminuyen, lo que promueve la baja apetencia.
Uno de los factores importantes en el desarrollo de un TCA es la presencia de depresión en adultos mayores. Se ha observado que cuando los hijos se independizan, abandonando el domicilio familiar, la soledad actúa como factor estresor que puede promover el desarrollo de un TCA. El adulto mayor dejaría de comer voluntariamente como llamada de atención, lo que podría convertirse en un círculo vicioso que desencadene la aparición de un TCA.
La presencia de vómitos inexplicados en un adulto mayor con trastorno afectivo debe hacer sospechar la existencia de bulimia nerviosa.
La coexistencia de patologías crónicas y degenerativas empeora la ingesta en adultos mayores, por un lado, al provocar necesidades alimentarias específicas que mejoren o disminuyan las complicaciones de dichas patologías. Por otro lado, la plurimedicación provoca interacciones fármaco-nutriente, fármaco-fármaco, fármaco-alimento, que puede dificultar la ingesta, absorción, metabolismo y excreción de nutrientes.
Todos estos factores se encuentran relacionados entre sí, por lo que el riesgo de malnutrición y, con ello, el riesgo de desarrollar un Trastorno de Conducta Alimentaria en adultos mayores es elevado.
Es por esto, que La Residencia de Retiro Juan Pablo II, Residencia especializada en trastornos neurodegenerativos, te recomienda que observes la manera en que tu ser querido mayor consume sus alimentos, es importante también llevar un adecuado control con exámenes de laboratorio y estar siempre en una adecuada vigilancia del peso, grasa y masa msucular.