Beneficios de la estimulación de la “Motricidad Fina” en el Adulto Mayor.
Se le llama motricidad fina al conjunto de movimientos voluntarios de las manos y dedos muy precisos, que implican pequeños grupos de músculos, huesos y nervios que requieren una gran coordinación.
Las habilidades motoras finas se refieren a la capacidad de realizar movimientos usando los músculos cortos de nuestras manos y muñecas. La pérdida de motricidad fina puede acarrear ciertos problemas como, por ejemplo, tener dificultad para escribir, pintar, usar cierres o cremalleras, etc.
La motricidad fina se va perdiendo con el envejecimiento del cerebro ya que este ayuda a coordinar los movimientos y a ajustar la motricidad fina y el equilibrio. El envejecimiento por tanto provoca reducción del repertorio motriz, junto con lentitud de reflejos y descenso del tono muscular en reposo, entre otros factores. Todo ello provoca descoordinación y torpeza motriz y, a largo plazo, impide realizar actividades cotidianas.
Por ese motivo, es muy importante que los adultos mayores hagan ejercicio para que no pierdan habilidades con el paso de los años y puedan seguir teniendo una vida autónoma.
En la Residencia de Retiro Juan Pablo II (RRJPII), Residencia especializada en trastornos neurodegenerativos, realizamos diversas actividades que implican la motricidad fina, cada una adaptada al nivel cognitivo de cada residente y aquí te compartimos algunos ejemplos que puedes realizar en casa con tu ser querido:
- Ejercicios de prensión: ensartar bolas o cuentas de un cordón, enhebrar un hilo, rasgar papel, etc. Este tipo de ejercicios están enfocados a trabajar el cómo se utilizan las manos para sujetar cosas. Y es muy importante sobre todo para la escritura donde se dan 2 dos tipos de prensión importantes, por un lado, la prensión sobre el lápiz, que se determina por la forma de coger el lápiz o bolígrafo con los dedos en forma de pinza, y la prensión sobre el papel con la mano que no escribe, y que actúa de apoyo a la otra mano para no tener que ejercer tanta presión con el lápiz o bolígrafo.
- Ejercicios de desarrollo digital: como manualidades, modelar plastilina, hacer bolitas, doblar papeles, la papiroflexia… etc.
- Ejercicios de pinza: en este tipo de ejercicios se trabaja la psicomotricidad fina en los adultos mayores con ejercicios sencillos que consisten en usar sus manos a modo de pinza para coger y trasladar cosas pequeñas como garbanzos, monedas o lentejas de un recipiente a otro.
- Ejercicios de psicomotricidad fina en actividades del día a día: hay muchas cosas que hacemos con las manos en nuestra vida diaria. Atarnos los zapatos, lavarnos los dientes, abrochar botones, cerrar cremalleras o pequeñas acciones de cuidado personal como arreglar el pelo o afeitarse.
La consecuencia más evidente del envejecimiento es que con el paso de los años, el adulto mayor comienza a experimentar un deterioro cognitivo, emocional y físico que acaba por afectar en la normalidad de su día a día.
Entre los beneficios que se pretende conseguir con las actividades que trabajan la psicomotricidad fina en el adulto mayor están:
- Promover un envejecimiento saludable, y que el adulto mayor se sienta bien en todos los ámbitos de la salud. Especialmente en lo físico, pero también en lo psíquico y afectivo.
- Tratar de que el adulto mayor mantenga su autonomía en las actividades propias del día a día.
- Mejoras en la movilidad, el equilibrio y el mantenimiento de una musculatura fuerte
- Favorecer la autoestima y la positividad en este momento de la vida y ante los cambios que se producen.
Trabajar la psicomotricidad fina en el adulto mayor es importante, los ejercicios orientados a mejorar esta psicomotricidad en el adulto mayor suponen una mejora en la calidad de vida y en la autonomía de estos pacientes.