Cuidar el cerebro para tener una buena salud mental. 10 sencillos consejos para lograrlo.
La función adecuada del cerebro y el resto del sistema nervioso resulta esencial para una salud plena. Sin embargo, sigue existiendo un escaso conocimiento tanto sobre su cuidado como sobre las consecuencias que pueden generar tener hábitos poco saludables.
No debemos olvidar que nueve de las quince enfermedades más frecuentes, entre las personas que tienen reconocida una discapacidad, son enfermedades neurológicas.
El ejemplo más sencillo es que el 80% de los casos de infarto cerebral, o más del 30% de los casos de Alzheimer, se podrían evitar si evitáramos prácticas perjudiciales para nuestro cerebro y si lleváramos a cabo hábitos cerebro-saludables.
A pesar de ciertas ideas erróneas populares, el deterioro cerebral y cognitivo no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Es cierto que el cerebro cambia con la edad, pero al igual que otras partes del cuerpo, ya sea el corazón o los ojos, etc., cuidarlo bien en el proceso puede ayudar a prevenir o retrasar la enfermedad y el deterioro.
En realidad, los buenos hábitos diarios como el ejercicio y la buena alimentación pueden reducir el riesgo de padecer pérdida de memoria y otros síntomas de deterioro cognitivo, como sugieren las investigaciones.
Lo más importante es que siempre se pueden adoptar medidas para favorecer la salud del cerebro con el paso de los años. Sin embargo, saberlo es solo la mitad de la batalla. Comprometerse a llevar un estilo de vida saludable es fundamental para que el cerebro y el organismo se mantengan lo más sanos posible durante la edad adulta.
Por esta razón en La Clínica de Memoria de la Residencia de Retiro Juan Pablo II, residencia especializada en enfermedades neurodegenerativas, te compartimos 10 sencillos consejos para cuidar tu salud cerebral y del resto de tu sistema nervioso:
- Estimular nuestra actividad cerebral y mantenerse mentalmente activo. Para ello son múltiples las actividades que podemos realizar como leer (sobre todo novelas de ficción), escribir, memorizar números de teléfono, participar en juegos de mesa, realizar actividades manuales, completar crucigramas, aprender y practicar un nuevo idioma, bailar, etc.
- Evitar el sedentarismo. Realizar algún tipo de actividad física de forma regular, bien sea mediante la práctica de un deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos.
- Potenciar las relaciones sociales y afectivas fomentando la comunicación, y evitando el aislamiento social.
- Procurar conocer tu nivel de frustración óptimo para evitar situaciones donde haya exceso de estrés.
- Llevar una dieta equilibrada, evitando el exceso de grasas animales y de sal y potenciando el consumo de frutas y verduras, como la dieta MIND.
- Llevar un control adecuado de la presión arterial.
- Levar un control adecuado del nivel de azúcar en sangre.
- Levar un control adecuado de los niveles de colesterol, triglicéridos e índice aterogénico en la sangre.
- Realizar actividades para el juego y el ocio.
- Tener buenos hábitos de sueño.