Día mundial del Asma: 07 de mayo del 2024
Cada año, el primer martes del mes de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, el cual fue establecido por la Iniciativa Global por el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), en 1998. Este día busca concientizar a la población sobre los riesgos de esta enfermedad, así como informar que este padecimiento se puede controlar.
En la Residencia de Retiro Juan Pablo II (RJPII), residencia especializada en trastornos neurodegenerativos, sabemos la importancia de La incidencia del asma en el adulto mayor ya que ha ido en ascenso en los últimos años debido a la longevidad de la población global. A pesar de la disminución de la mortalidad en la población asmática, los asmáticos mayores continúan siendo un sector con una alta morbimortalidad. Es por esto por lo que te presentamos la siguiente información:
La prevalencia del asma en el adulto mayor no es fácil de conocer, a causa del infradiagnóstico de la enfermedad, en el diagnóstico del asma en el adulto mayor debemos tener en cuenta que existen dos fenotipos diferentes: el asma que se inicia en la infancia y persiste en la edad adulta y el asma que se inicia en el adulto. El asma que se inicia en la infancia y persiste en el adulto es el fenotipo más estudiado y del que disponemos de más evidencia, con un mejor manejo terapéutico.
En cambio, el asma que se inicia ya en la edad adulta está más infradiagnosticado y en ocasiones es difícil de distinguir de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en aquellos pacientes fumadores o con enfermedades profesionales relacionadas con el trabajo que han estado desempeñando a lo largo de su vida laboral activa; por todo ello disponemos de menos estudios asociados a este fenotipo.
Características generales del asma en el adulto mayor
La sintomatología no difiere de la de la población joven. Se presenta con disnea, tos, sibilancias y opresión torácica de predominio nocturno y con el esfuerzo. El problema principal es la falta de percepción de los síntomas por parte de los pacientes, que consideran dentro de la “normalidad” tener disnea debido a su edad, además de asociar otras patologías que pueden tener la misma sintomatología, como son la EPOC, la insuficiencia cardiaca congestiva o la obesidad, entre otras, por lo que el diagnóstico diferencial puede llegar a ser dificultoso en ocasiones.
Las dos enfermedades que se pueden confundir más frecuentemente con el asma son la EPOC y la insuficiencia cardiaca.
La insuficiencia cardiaca también puede producir una sintomatología similar a la del asma, con sibilancias, disnea, síntomas nocturnos asociados a la ortopnea y disnea paroxística nocturna. Por esta razón, en los pacientes que además asocien factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial, diabetes, cardiopatía isquémica o arritmias, se debe hacer una evaluación cardiológica integral para descartar esta patología.
El factor desencadenante más frecuente es el inicio de una infección del tracto respiratorio superior, aunque también puede estar provocada por exposición a irritantes o factores ambientales, o deberse a la toma de medicamentos como los AINES, betabloqueantes o IECAS, fármacos comúnmente utilizados por este tipo de pacientes que presentan diversas comorbilidades.
Por este motivo, es imprescindible realizar una historia clínica detallada, con los posibles factores precipitantes que puedan desencadenar o agravar el asma, realizando un adecuado diagnóstico diferencial y valorando las posibles comorbilidades asociadas que estén contribuyendo a un mal control de la enfermedad.