¿Qué es un trastorno disociativo y cómo identificarlo en un adulto mayor?

Los trastornos disociativos son alteraciones en la función integrada de la conciencia, la memoria, la identidad y la percepción, que suelen desarrollarse como respuesta a traumas. Se clasifican principalmente en tres tipos: trastorno de identidad disociativo (TID), amnesia disociativa y trastorno de despersonalización/desrealización.
Los trastornos disociativos en adultos mayores pueden manifestarse con síntomas similares a los de adultos más jóvenes, pero la edad avanzada puede complicar el diagnóstico y tratamiento. La identificación temprana es crucial, y el tratamiento se centra en la psicoterapia, a menudo complementada con medicación para síntomas asociados.
Tipos de Trastornos Disociativos
- Trastorno de Identidad Disociativo (TID): También conocido como trastorno de personalidad múltiple, se caracteriza por la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad distintos que alternan el control del comportamiento del individuo.
- Amnesia Disociativa: Implica la incapacidad de recordar información personal importante, usualmente relacionada con eventos traumáticos.
- Trastorno de Despersonilazación/Desrealización: Se caracteriza por la sensación de irrealidad o extrañeza respecto a uno mismo (despersonalización) o al entorno (desrealización).
Identificación : Los trastornos disociativos se caracterizan por la desconexión entre pensamientos, sentimientos, acciones y recuerdos, a menudo como resultado de traumas pasados. En adultos mayores, la disociación puede ser más difícil de identificar debido a:
- Síntomas solapados: Pueden confundirse con síntomas de demencia, depresión u otras condiciones comunes en la vejez.
- Amnesia: La pérdida de memoria, común en la disociación, puede ser similar a la pérdida de memoria asociada a la edad.
- Cambios en la personalidad: Los cambios en el comportamiento o la forma de ser pueden ser atribuidos al envejecimiento normal.
Algunos signos a considerar en adultos mayores
- Lagunas de memoria: Pérdida de memoria para eventos recientes o pasados, incluyendo períodos específicos o información personal.
- Despersonalización/Desrealización: Sentimientos de irrealidad o de estar separado de uno mismo o del entorno.
- Cambios en la identidad: Sentimientos de confusión sobre la propia identidad o la sensación de tener múltiples identidades.
- Síntomas emocionales: Ansiedad, depresión, irritabilidad, o dificultad para manejar las emociones.
- Síntomas físicos: Dolores de cabeza, fatiga, problemas gastrointestinales, que pueden ser exacerbados por el estrés.
- Dificultad para concentrarse o mantener la atención: Estos síntomas pueden afectar la capacidad para realizar tareas diarias.
Tratamiento
- Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia basada en el trauma son enfoques comunes. Estas terapias ayudan a la persona a comprender la disociación, desarrollar estrategias de afrontamiento y procesar experiencias traumáticas.
- Terapia EMDR: La desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) puede ser útil para tratar traumas que contribuyen a la disociación.
- Medicamentos: No hay medicamentos específicos para tratar la disociación en sí misma, pero pueden usarse para tratar síntomas comórbidos como la depresión o la ansiedad.
- Apoyo familiar y social: La participación de la familia y amigos es crucial para el éxito del tratamiento y puede ayudar a reducir el aislamiento y la angustia.
- Terapias complementarias: Se pueden utilizar técnicas de relajación, mindfulness o actividades que promuevan el bienestar físico y emocional.
En La Residencia de Retiro Juan Pablo II (RRJPII), Residencia especializada en trastornos neurodegenerativos, sabemos la importancia de indentificar estos padecimientos para poder dar un tratamiento oportuno, individualizado y adaptado a las necesidades específicas de cada paciente, considerando su historial, edad y otros factores relevantes. La colaboración entre profesionales de la salud mental y otros especialistas puede ser necesaria para abordar los aspectos físicos y emocionales de la disociación en adultos mayores.
Por lo anterior te recomendamos que si sospechas que un adulto mayor puede estar experimentando un trastorno disociativo, es crucial buscar ayuda profesional de un psiquiatra, neurólogo conductual, o neuropsicólogo con experiencia en este tipo de trastornos.
Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.
