¿Qué son los trastornos frontotemporales y cómo reconocerlos?
La demencia frontotemporal, que es otro término para un grupo de trastornos cerebrales poco frecuentes que se conocen como trastornos frontotemporales, tiende a ocurrir a una edad más temprana que otras demencias. Aproximadamente el 60% de las personas con demencia frontotemporal tienen entre 45 y 64 años. En México es el cuarto tipo de demencia más común en adultos mayores después de la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular y la demencia por cuerpos de Lewy.
La demencia frontotemporal es una enfermedad progresiva neurodegenerativa que tarda en manifestarse debido a que la evolución es lenta. Es un trastorno que solo se cura cuando ha sido causada por un agente externo como otra enfermedad o un fármaco. Por lo tanto, es irreversible. Según progresa la enfermedad los síntomas que padece el paciente se van agravando hasta que es un enfermo totalmente dependiente y con necesidad de cuidados especiales.
En la Residencia de Retiro Juan Pablo II nos especializamos en pacientes con enfermedades neurodegenerativas como la demencia frontotemporal y muchos otros, en esta ocasión te compartimos importante información para detectar esta terrible enfermedad a tiempo.
Síntomas: Los pacientes con demencia frontotemporal pueden desarrollar los síntomas de la enfermedad en pocos o muchos años, no existe un patrón determinado. Aunque este tipo de demencia tiene unos rasgos característicos que la diferencian de las otras demencias.
Por ejemplo, la demencia frontotemporal afecta principalmente a la personalidad, la conducta y el lenguaje más que a la memoria y a las funciones motoras. Tienen problemas con el pensamiento abstracto, para prestar atención y para recordar lo que se les ha dicho. Los pacientes pueden orientarse, pero les cuesta recuperar información. Las funciones motoras funcionan, aunque pueda aparecer debilidad muscular y atrofia.
El comportamiento y la conducta social se ven afectados por el daño producido en el lóbulo frontal (orbitobasal). El paciente adopta comportamientos inusuales, se vuelve impulsivo, pierde las inhibiciones sociales, descuida los hábitos de higiene, etc. Su conducta se vuelve impredecible y repetitiva. Su interés por el sexo aumenta de manera perceptible.
En cuanto al lenguaje, se va deteriorando su función debido a una atrofia en el lóbulo temporal anterolateral. Tiene grandes dificultades para encontrar las palabras adecuadas y expresarse, es incapaz de nombrar objetos o los nombres de familiares o amigos, su fluidez lingüística no decae, pero pueden hablar sin coherencia, le cuesta comprender o mantener una conversación y poco a poco aumenta la dificultad para articular palabras. Cada vez hablan menos hasta que pierden el interés por hablar.
Diagnóstico y tratamiento: Normalmente es el familiar o persona cercana la que puede detectar que estos síntomas se están produciendo, es importante que cuando exista la sospecha de cualquiera de estos síntomas el paciente sea llevado a la brevedad posible a consultar con un Neurólogo.
Para poder establecer un diagnóstico de demencia frontotemporal el profesional realizará:
Evaluación clínica: historia clínica, exploración física y preguntas de evaluación y ejecución de tareas sencillas.
Examen neuropsicológico: para poder confirmar que se trata de una demencia y no de otra enfermedad.
Pruebas complementarias: tomografía computarizada (TAC) o resonancia magnética (RM).
Una vez confirmado el diagnóstico de demencia frontotemporal el tratamiento está dirigido a aliviar el efecto de los síntomas o retrasar la evolución de los mismos. Cada tratamiento se personaliza en función del estado del paciente.
Las medidas de apoyo tanto al paciente como a los familiares es uno de los puntos clave del tratamiento. El paciente se encuentra mejor en un entorno conocido y familiar pero la evolución de su enfermedad puede producir estrés o ansiedad tanto en los familiares como en los cuidadores por lo que es importante conocer instituciones especializadas al trato con estos pacientes a largo plazo.