¿Sabes que es la Sarcopenia en el Adulto Mayor? 6 sencillos puntos para identificar la malnutrición en tu ser querido.
El proceso del envejecimiento comporta una serie de cambios fisiológicos a nivel de los diversos órganos y sistemas del cuerpo humano. A nivel del tejido muscular esquelético se produce una pérdida progresiva de masa y fuerza que se conoce como sarcopenia.
Diversas actuaciones contribuyen a su aparición, como la menor actividad física, la malnutrición, la comorbilidad y la existencia de diversos cambios hormonales (hormonas sexuales, hormona de crecimiento, insulin-like growth factor, vitamina D), bioquímicos (interleucinas, miostatina) y genéticos (gen de la miostatina, gen de la enzima angioconvertasa).
Su diagnóstico se basa en la medición de la masa y fuerza muscular, determinando unos puntos de corte que se correlacionan con el riesgo de aparición de complicaciones.
La presencia de sarcopenia en el adulto mayor comporta una disminución de la capacidad funcional, con el consecuente desarrollo de discapacidad secundaria, que contribuye de manera decisiva en la génesis del denominado síndrome de fragilidad, mismo que les comentamos en entradas anteriores.
Su enfoque terapéutico es múltiple, aunque se basa principalmente en su prevención, destacando por su mayor utilidad el entrenamiento físico y las medidas nutricionales.
Por esta razón, en La Residencia de Retiro Juan Pablo II, Residencia especializada en trastornos neurodegenerativos y pacientes encamados de larga estancia, les compartimos sencillos consejos para identificar la malnutrición en el Adulto Mayor y así prevenir la sarcopenia:
Las Adultos Mayores son el grupo de población de los países desarrollados con mayor riesgo de sufrir malnutrición o desnutrición, especialmente cuando se encuentran ingresados en hospitales y residencias especializadas de larga estancia.
Una buena nutrición es fundamental para que los Adultos mayores mantengan su calidad de vida y se mantengan vitales y funcionales. Sin embargo, la desnutrición se asocia a un incremento del riesgo de morbilidad y mortalidad, por lo que su detección precoz resulta esencial para prevenir la aparición de enfermedades.
En este sentido, la pérdida de peso continuada es el principal signo que debe inducir la sospecha de que un adulto mayor sufre malnutrición, para lo que es necesario pesarla y tallarla de forma periódica con el fin de poder disponer de datos comparativos. Pero también es importante, y de forma más específica cuando la persona está institucionalizada, llevar un registro de todo lo que come y disponer de una historia clínica completa.
Una detenida exploración física permite reconocer determinados síntomas de malnutrición:
1.- Pérdida de masa muscular.
2.- Pérdida de la grasa subcutánea.
3.- Signos de deshidratación.
4.- La existencia de edemas periféricos puede denotar un déficit proteico.
5.- Evidencias de patologías óseas como la cifosis.
6.- La deficiencia de diferentes nutrientes pueden reflejarse con otros síntomas que afecten a la piel, las mucosas, el sistema nervioso, la vista y otros órganos.
En la actualidad en nuestra institución, hemos establecido un protocolo de valoración nutricional que se aplica a los Adultos Mayores que aquí ingresan y que también puede ser aplicado en el domicilio del paciente por personal de enfermería calificado.