25 de abril: Día Mundial del Paludismo.
El paludismo también conocido como malaria, es causada por parásitos del género Plasmodium que infectan los glóbulos rojos de la sangre o eritrocitos. Debido a esto, el paludismo puede producir anemia e inflamación del hígado y el bazo.
El paludismo es la parasitosis más importante que padece el ser humano. El ciclo vital del parásito se completa con la intervención de dos hospedadores, el intermediario, que es el hombre, y el definitivo, que es el mosquito del género Anopheles, el cual transmite la infección mediante picadura.
La clínica, en casos graves, se caracteriza por la presencia de esplenomegalia (agrandamiento del bazo), fiebre, afección cerebral, renal, hematológica e hipoglucemia, entre otros signos y síntomas inespecíficos. El diagnóstico se basa en la identificación del parásito en frotis de sangre y en datos de laboratorio.
El tratamiento se lleva a cabo, habitualmente, mediante preparados como la cloroquina y la quinina, y la prevención con medidas profilácticas contra insectos y la aplicación de quimioprofilaxis, fundamentalmente, mediante mefloquina.
Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2007 conmemoran el Día Mundial del Paludismo cada 25 de abril, con el compromiso mundial de eliminar la enfermedad a base de esfuerzo y acciones concretas de prevención.
En México en los últimos años, el número de casos confirmados ha disminuido significativamente: de más de 1200 en el 2010 a 736 en el 2017. Dos tercios de los estados mexicanos están libres de malaria desde el 2004 y el Estado de Tlaxcala recibió la verificación subnacional de la eliminación de malaria en el 2010. No obstante, la malaria sigue representando un riesgo significativo, en particular en los pueblos indígenas que viven en regiones remotas del interior del país, como el Estado de Chiapas, donde se registran 81% de los casos de malaria.
Yucatán se encuentra en fase de eliminación de la transmisión de paludismo o malaria, ya que desde 2005 se carecen de casos autóctonos.
La OMS elaboró la Estrategia técnica mundial contra la malaria 2016-2030, el cual establece las metas mundiales para el 2030 junto con hitos para medir los adelantos logrados en el 2020 y el 2025. Los países establecen sus propias metas nacionales o subnacionales. Aunado a ello la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el año 2017 emitió el Marco para la eliminación de la malaria, el cual proporciona el contexto para eliminar la malaria en los países donde esta enfermedad es endémica y se facilita orientación sobre las herramientas, las actividades y las estrategias dinámicas necesarias para lograr la interrupción de la transmisión y prevenir el restablecimiento de la enfermedad.
De igual forma la OMS alude a que mientras no se obtengan instrumentos y métodos nuevos y mejores, es necesario adoptar y ampliar las estrategias recomendadas por la OMS a fin de aumentar la eficacia de las respuestas y acabar con las muertes evitables por malaria. La estrategia se basa en tres pilares:
- Lograr el acceso universal a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la malaria;
- Acelerar los esfuerzos para lograr la eliminación y alcanzar el estado exento de malaria; y
- Transformar la vigilancia malárica en una intervención básica.