De la necesidad de abordar la Ansiedad y la Depresión como Síndromes Neuro conductuales progresivos #16: El fenómeno de la Depresión en México.
En México hay que considerar algunas cosas añadidas al fenómeno de la depresión. Generalmente en México se utilizan los mismos tratamientos y se pretenden las mismas estadísticas que se utilizan en otros países, en México es necesario profundizar más en la psique del mexicano para entender cómo viven la depresión y sus síntomas.
La depresión ocupa en México el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. La depresión tiene una alta co-ocurrencia con otros trastornos como el consumo de sustancias, la diabetes y las enfermedades cardiacas. Pese al impacto que tiene, una gran proporción de personas no acude a tratamiento, retrasa mucho la búsqueda de ayuda, o bien no recibe la asistencia adecuada.
Hoy en día existe acuerdo al señalar que la depresión, como la mayoría de las enfermedades, es el resultado de la interacción entre factores biológicos, heredados, del desarrollo y del contexto, que interactúan con las características individuales. Por ende, su estudio requiere de múltiples aproximaciones. Sin dejar de reconocer la importancia de analizar los avances en el campo de las neurociencias y la genética, que han proporcionado bases para corregir la división mente-cuerpo que constituyó una barrera para entender la relación entre cerebro, pensamiento, emoción y conducta.
En población mexicana, entre las variables psicosociales asociadas con la depresión destacan:
1) Ser mujer (más aún si se es jefa de familia), dedicarse exclusivamente a las labores del hogar y si se ha adquirido la responsabilidad de cuidar a algún enfermo.
2) Tener un bajo nivel socioeconómico (por la mayor exposición a las vicisitudes de la pobreza).
3) Estar desempleado (sobre todo en los hombres).
4) El aislamiento social.
5) Tener problemas legales.
6) Tener experiencias de violencia.
7) Consumir sustancias adictivas.
8) La migración.
Factores del entorno como la violencia, la inseguridad o las crisis económicas incrementan el riesgo de que se presente la sintomatología depresiva. Los datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica (ENEP) muestran que una proporción importante de la población nacional ha estado expuesta a eventos violentos y que éstos tienen importantes variaciones por género. Las mujeres presentan prevalencias más elevadas de abuso sexual, violencia física por parte de la pareja, violación, persecución y acoso. Por su parte, los hombres experimentaron más atracos con arma y accidentes; también fueron testigos, en mayor proporción que las mujeres, de muerte o lesiones a una persona, sufrieron más secuestros y mataron accidentalmente a otro en un porcentaje mayor. Una proporción de estas personas desarrolló estrés post traumático (2.3% de las mujeres y 0.5% de los hombres) y alrededor de 20% de personas que han sufrido uno o más eventos violentos, presentaron un cuadro de depresión.
Las constantes crisis económicas y sociales que se han vivido en México han tenido como consecuencia que, entre las principales fuentes de preocupación cotidiana, se encuentren las relacionadas con problemas financieros, y que términos como “sufrimiento” y “tristeza” sean muy utilizados para dar cuenta de este tipo de preocupaciones. En este sentido si bien no hay diferencias significativas por nivel socioeconómico en la prevalencia de trastornos depresivos, la población que vive en condiciones de pobreza presenta una depresión más profunda y multifactorial que aquélla que se encuentra en mejores condiciones económicas.
En la siguiente entrada les hablare de la ansiedad en México.