¿Qué es un edema y por qué es importante tratarlo y prevenirlo?
La edematización se refiere al proceso de acumulación anormal de líquido en los tejidos del cuerpo, lo que resulta en hinchazón. Esta acumulación puede ocurrir en diversas áreas, como las extremidades o incluso en órganos internos, y se manifiesta externamente como hinchazón perceptible.
Tipos de edemas
Los edemas, o acumulación anormal de líquido en los tejidos del cuerpo, presentan una variedad de manifestaciones. Los tipos de Edema son varios, pero se dividen en dos categorías principales: Edema Dinámico y Linfostatico.
En esta entrada solo les hablaré de los edemas dinámicos por ser los más comunes:
Edema venoso: Es una acumulación de líquido causada por un mal funcionamiento en el sistema venoso, resultando en la hinchazón de las extremidades. En adultos mayores, esto puede manifestarse como pies y manos hinchadas, así como piernas hinchadas y rojas.
Edema óseo: Se refiere a la acumulación de líquido en los huesos, y en adultos mayores, puede presentarse como edema óseo persistente.
Edema pulmonar: Implica la acumulación de líquido en los pulmones, siendo una manifestación del edema agudo de pulmón. Este tipo de edema puede presentar síntomas como la supuración de líquido por las piernas, y su reconocimiento temprano es crucial para evitar complicaciones respiratorias.
Edema Cerebral: Es la acumulación de líquido en el cerebro, y en adultos mayores puede presentarse con síntomas específicos. Comprender el edema cerebral es esencial para abordar posibles problemas neurológicos y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
Causas de edema en adultos mayores:
- Problemas de circulación: Las dificultades en el sistema circulatorio son una causa común del edema en adultos mayores.
- Insuficiencia Cardíaca: La insuficiencia cardíaca, una condición prevalente en la tercera edad, puede conducir a la acumulación de fluido en diferentes partes del cuerpo.
- Problemas Renales: La función renal disminuida puede resultar en una retención de líquidos, contribuyendo al edema
- Sedentarismo y Falta de Movimiento: La inactividad física y el sedentarismo pueden afectar el flujo sanguíneo y contribuir al desarrollo de edema.
- Problemas hormonales: Cambios hormonales asociados con el envejecimiento pueden influir.
- Efectos Secundarios de Medicamentos: Algunos medicamentos comúnmente recetados a adultos mayores pueden tener efectos secundarios que contribuyen al edema
- Condiciones Médicas Subyacentes: Enfermedades crónicas como la diabetes o la artritis pueden estar asociadas al edema.
- Nutrición Inadecuada: Una dieta deficiente en nutrientes esenciales puede afectar la salud vascular y contribuir al desarrollo de edema.
- Cambios en la Gravedad y Posición: La hinchazón puede agravarse por cambios en la posición del cuerpo.
- Enfermedades Venosas.
En la Residencia de Retiro Juan Pablo II (RRJPII), Residencia especializada en trastornos neurodegenerativos, te recomendamos que una vez que aparezca un edema acudas de inmediato con tu médico para conocer la causa de este. Por otra lado sabemos la importancia de prevenir estos edemas por lo que te recomendamos actuar desde una doble perspectiva, la de los hábitos nutricionales y la de la actividad física diaria.
Desde el punto de vista de la alimentación habrá que incorporar al día a día pautas como:
- Limitar el consumo de sal en las comidas.
- Evitar la preparación de alimentos fritos y rebozados.
- Consumir al menos dos litros de agua diarios (aunque parezca una pauta contradictoria, una buena hidratación ayuda al organismo a eliminar los líquidos retenidos).
- Incrementar la ingesta de frutas, legumbres y verduras para evitar los problemas de estreñimiento.
- Prescindir de los alimentos excesivamente grasos (lácteos enteros, quesos curados y embutidos) así como de las conservas y los precocinados, con un alto contenido en sal.
En cuanto a la actividad física te recomendamos:
- Realizar una actividad física moderada: desde un simple paseo hasta una clase de yoga. El caso es mantenerse en movimiento.
- Aprovechar los momentos en los que se esté sentado para mover los pies simulando que se va pedaleando en una bicicleta.
- Mover las piernas intercalando posturas de punta – talón con los pies o caminar de puntillas.
- Evitar pasar demasiadas horas sentado, y menos aún con las piernas cruzadas.
- Realizar masajes o automasajes al final del día para favorecer a la circulación sanguínea.
- Prescindir de las prendas ajustadas, sobre todo en las ingles y los tobillos.
- Elevar ligeramente la parte inferior del colchón para descansar con las piernas algo elevadas.