¿Qué son las Funciones Ejecutivas y cómo se ven afectadas en la demencia?
Las funciones ejecutivas engloban un conjunto de procesos cognitivos que nos permiten planificar, tomar decisiones, resolver problemas y regular nuestro comportamiento. Todas ellas son habilidades fundamentales para la vida diaria, ya que nos ayudan a adaptarnos a situaciones nuevas, así como también a mantener metas a largo plazo y comportarnos de manera socialmente adecuada.
Sin embargo, algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y otras formas de demencia, pueden afectar a estas funciones, deteriorando la calidad de vida de las personas que las padecen y afectando también a las personas cuidadoras y al proceso de cuidado.
Entre los procesos que forman parte de la función ejecutiva se incluyen:
- Razonamiento y lógica. Aquí se engloba la capacidad para pensar de manera abstracta, comprender relaciones complejas y resolver problemas.
- Planificación. Es decir, la habilidad para organizar pensamientos y acciones de manera eficiente para alcanzar un objetivo.
- Memoria de trabajo. Es aquel tipo de memoria que permite mantener y manipular información en la mente durante cortos períodos de tiempo.
- Flexibilidad cognitiva. Gracias a esta habilidad nos podemos adaptar a nuevas situaciones o cambiar de estrategia cuando es necesario.
- Control inhibitorio. Este factor está muy relacionado con la atención y se refiere a la capacidad para suprimir respuestas automáticas o impulsivas y actuar de manera adecuada según las normas sociales o contextuales.
Funciones ejecutivas en la vida diaria
La alteración de las funciones ejecutivas puede llevar a problemas significativos en la vida diaria como, por ejemplo, tener dificultades para seguir instrucciones, mantener una conversación coherente. Incluso puede llegar a afectar al cuidado de uno mismo. Por ejemplo, una persona con alteraciones ejecutivas puede tener dificultades para gestionar sus finanzas, olvidando pagar facturas o realizando compras impulsivas. También puede presentar dificultades en el ámbito laboral, puesto que la planificación de tareas o el cumplimiento de plazos pueden verse afectados, lo que puede resultar en un bajo rendimiento laboral.
Asimismo, estas funciones nos ayudan en nuestras relaciones personales, puesto que nos permite inhibir respuestas impulsivas. Una afectación en esta área puede llevar a comportamientos socialmente inapropiados, afectando a las relaciones con amigos y familiares.
¿Cómo se afecta la función ejecutiva por la demencia?
La demencia es una enfermedad neurodegenerativa que causa deterioro progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas. Uno de los síntomas cognitivos menos conocidos de la demencia es la alteración de la función ejecutiva.
En las etapas iniciales de la enfermedad, las personas pueden tener dificultades para planificar actividades o resolver problemas complejos. A medida que la enfermedad avanza, estas dificultades se agravan, afectando la capacidad para realizar tareas diarias básicas y llevar una vida independiente. Así pues, una persona con demencia en estadios iniciales puede olvidar cómo organizar una lista de quehaceres diarios o tener dificultades para planificar una reunión familiar o una celebración.
En etapas más avanzadas, las alteraciones de la función ejecutiva se pueden manifestar en dificultades para realizar tareas más básicas, como la secuencia correcta de colocación de prendas al vestirse o los pasos adecuados para preparar una comida.
Existen algunas actividades cotidianas que podemos realizar para estimular la función ejecutiva o bien compensar algunos de los déficits relacionados. Por ejemplo:
- Actividades como los rompecabezas, los juegos de estrategia y la lectura pueden ayudar a mantener y mejorar, en general, las capacidades cognitivas.
- Participar en un club de lectura o jugar juegos de mesa estratégicos como el ajedrez puede ser beneficioso, ya que son actividades en las que se suele emplear la planificación, la organización o la lógica.
- Establecer rutinas diarias y mantener un entorno organizado puede ayudar a compensar las dificultades con la planificación y la gestión del orden.
- El uso de calendarios y listas de tareas para mantener un registro de las actividades diarias y los compromisos también permite establecer, trabajar y mantener un orden.
- Los programas de entrenamiento cognitivo que incluyan ejercicios diarios para mejorar la capacidad de planificación y el establecimiento de rutinas son un muy buen estímulo para las funciones ejecutivas.
- La realización de actividades en grupo estimulará la interacción social significativa y, consecuentemente, las normas de comportamiento inherentes.
En La Residencia de Retiro Juan Pablo II (RRJPII), Residencia especializada en Trastornos neurodegenerativos sabemos la importancia de las funciones ejecutivas es esencial para llevar una vida plena y autónoma. Por lo que recomendamos acudir a su médico para realizar un plan de acción cuando se detecte alguna alteración, ya sea por demencia o alguna otra enfermedad neurodegenerativa, ya que con una comprensión adecuada de estas funciones y mediante estrategias específicas y el apoyo del entorno social y de especialistas profesionales, es posible mitigar algunos de los efectos negativos y mejorar la calidad de vida de adultos mayores con déficits ejecutivos. La educación y la sensibilización sobre estos temas son fundamentales para proporcionar el cuidado y el apoyo necesarios a las personas con demencia.